domingo, 30 de diciembre de 2012

2012: el año que pudo haber terminado todo


 
2012: el año que nada especial pasó. Se puede decir que todos los años uno aprende cosas nuevas, conoce nuevos amigos, adopta personas como hermanas, ve cosas nuevas, es impactado por algo, etc. Más importante que eso son las lecciones que uno aprende sobre sí mismo. Ya estamos a final de año, y como estoy seguro que nada más interesante pasara, compartiré con el mundo cosas que he aprendido, y quién sabe si te inspire a ti a reflexionar sobre tu año.

Este año pudo haber terminado todo…y yo pude estar ahí…

El 2012 fue una de las famosas fechas donde todo iba a terminar, gracias al calendario Maya (prometo no hacer el comentario obligatorio de que si sabían cuando se iba a acabar el mundo, porque no adivinaron que iban a desaparecer). También estaba la predicción de que si no se acababa el mundo, que iba a haber un nuevo renacimiento. ¿Qué me pasó ese día? Termine pasando el ¨arcade¨ de Superman mientras comía un hamburguer. Me quede con las ganas del final del mundo y un nuevo renacimiento espiritual donde íbamos a ser como los gatos azules de ¨Avatar¨ y correr en taparrabos por isla de Mona.

Aun sabiendo que no iba a pasar, ¿era el único con esperanzas de que pasara algo? No sé tú, pero a mí no me molestaría ver el final del mundo. Estar ahí debe ser una experiencia tan brutal que ni podrás contarla. Te dejaría sin palabras. No habrá forma de describirla. ¿Y cómo terminaría el mundo? Tantas opciones. Pero me quede con las ganas de ver el final, y tengo que contentarme con morir de diabetes a mis 50. A ver si aguanto hasta el último día del planeta.

Creó que tengo un gen de padre…
 
Este año me entere de algo raro: creó que dentro de mí hay un tipo que puede ser un padre. Todo empezó con comentarios inocentes, como cuando hable de adoptar a Arya Stark de ¨Game of Thrones¨ y a Scout de la novela ¨To Kill a Mockingbird¨, porque quiero tener hijas inteligentes. Después de la inocente adopción literaria, busque un posible nombre para una hija mía. Eso prosiguió a un pensamiento de cómo yo podría influenciar una vida, o si podría ser un buen padre. ¡Hasta escribí sobre querer nietos en mi blog! ¿Qué me está pasando? ¿Estoy creciendo y convirtiéndome en una persona que quiere responsabilidades, o me estoy enfermando?

Hay un político dentro de mí…
 
Esto me vino de sorpresa. Como lectores de mi blog saben (hola a los nuevos. Si eres un lector nuevo, debes saber que tengo el derecho ¨prima nocta¨ con tu esposa o novia. Si no sabes que es, googlealo) este año eleccionario estuve bien metido en la política. Demasiado. Vi de todo, entreviste, fui participe…y creó…que me he convertido en un politólogo ¨amateur¨. No solo eso, me puse a pensar en cómo arreglar errores que hacían y como los candidatos podían mejorar su retorica en los partidos y debates. Poco a poco empecé a pensar posibles estrategias para ganar y me puse a pensar en que podría ayudar a un político a llegar a eso…y de momento me entró. Me di cuenta que me convertí en alguien que aplaude la competencia política. No sé cuando pasó, o porque, pero solo sé que participaría en una competencia solo para ver si gano. Tal vez solo amo la competencia en vez del servicio público.

No existen películas cortas…
 

No sé si es un patrón normal, o es algo que empezó este año, pero ya no existen películas cortas. Todos los “blockbusters”  del 2012 duraron dos horas y media o más. Es como si todo el mundo quisiera hacer épicas. De la perfección de “The Avengers”, al final exquisito de “The Dark Knight Rises”, la innecesariamente larga “The Hobbit”, hasta lo último de Tarantino “Django Unchained”, y el musical de dos horas y media (si, de canciones sin dialogo) que es “Les Miserables”, es como si las películas de hora y media no salieran al cine ya. Sin embargo, dos de las mejores películas que he visto este año, “Moonrise Kingdom” y “Red State”, son películas cortas de hora y media. No es que llore películas cortas, pero hay demasiadas épicas saliendo. No es una queja, es solo algo que aprendí.

Estoy creciendo…
 

Este año me di cuenta de lo siguiente: estoy creciendo. Ya el 2013 termino mi bachillerato (si la UPR no me da problemas), y ya poco a poco entro a la edad donde debo ser responsable y ser un miembro productivo de la sociedad, en vez de ser la plasta que roba aire hoy día. Pronto el llegar a una fiesta formal en mahonés y decir “perdonen mi vestimenta, soy un idiota de 20 años” se acaba. Pronto tendré responsabilidades mayores. Pronto tendré que escoger que hacer con el resto de mi vida. Ya tengo que hacer los movimientos necesarios para ver qué voy a hacer con este cuerpo grande. También tengo en cuenta que la edad de poder hacer alguna estupidez (como desaparecerme del país, tener una aventura en el mundo, robar un carro, dormir hasta tarde) ya está llegando a su fin.
¿Saben qué? Poco a poco lo voy aceptando. Este año que viene será el que decidirá que hare por lo menos en los próximos cinco. El 2013 es uno en el que tendré que pensar y hacer sabias decisiones. Es el año donde termina una etapa importante, y tendré que cruzar al otro lado haciendo el mínimo de error posible. Literalmente debe ser la preparación para el próximo proceso que viene pronto: sea escuela graduada, trabajo, o convertirme en prostituto. Perdí la línea de lo que decía al principio…
Ah sí, que en el 2012 aprendí que estoy creciendo. No sé si es para bien o para mal, no me preguntes, porque no tengo ni la más mínima idea de que me depara. Solo sé que tratare de ser lo más responsable y maduro posible en este proceso transitorio de mi vida, cuando al fin llego al mundo real.


Ahí esta parte de lo que aprendí en el 2012. Quería presenciar el final del mundo, me enteré que quisiera participar en la política alguna vez, que tengo un padre dentro de mí, que las películas están muy largas para mis nalgas y que me estoy poniendo viejo. No suenan como malas lecciones. A ver que me espera el 2013.

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